La cuestión del lector es complicada. Cuando escribo prefiero no pensar demasiado en ello. Existe un lector hipotético que forma parte de tu creación, una proyección de tus miedos y valores, un conversador invisible, un eco distorsionado, no sé. En cambio, un lector real es el ser humano que lee tus textos y los transforma con su lectura. Personalmente no reparo en este segundo lector hasta que le veo el rostro o se comunica conmigo: de modo que las estadísticas, las ventas y los premios no me dan noticia de nada: el lector real es invisible. Y, un detalle menor: me intimida y decepciona que los lectores cultiven expectativas sobre mi escritura o sobre mi persona. En ese caso no existe mayor placer que decepcionarlos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario