Hay aquí frases que dan una idea de la confusión, del delirio, de las crueles angustias, de las luchas internas y del desprecio supremo que siento por la vida.


30 mayo 2011

Conversaciones con Ortega y Gasset: honor y contrato

Durante la Edad Media las relaciones entre los hombres descansaban en el principio de la fidelidad, radicado a su vez en el honor. Por el contrario, la sociedad moderna está fundada en el contrato. Nada puede mostrar tan claramente la oposición entre esas dos emociones primarias de que vivió una y otra edad. La fidelidad, su nombre lo ostenta, es la confianza erigida en norma. El hombre se une al hombre por un nexo que queda sepultado en lo más íntimo de ambos. El contrato, en cambio, es la cínica declaración de que desconfiamos del prójimo al tratar con él y le ligamos a nosotros en virtud de un objeto material –el papel del contrato– que queda fuera de las dos personas contratantes y en su hora podrá –vil materia que es– alzarse contra ellas. ¡Grave confesión de la modernidad! Fía más en la materia, precisamente porque no tiene alma, porque no es persona. Y, en efecto, esta edad ha tendido a elevar la física al rango de teología.

1 comentario:

  1. Aunque suene cursi, cabe preguntarse a veces si Ortega murio feliz, o con algun consuelo.

    ¿Que habria pensado del mundo en sus ultimos dias? ¿Que podria decirnos ahora acerca del mundo despues de la segunda guerra mundial? ¿que nos abundaria acerca de la guerra fria, de la ONU, de Irak, del calentamiento global, de la miseria imparable que se manifiesta justo en el momento materialmente mas opulento de la historia.

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