Hoy la vida es oscura, gris y amarga, no quiere que la viva, me aleja de ella. ¿Qué puedo hacer? Me puedo aferrar a ella y hacer, forzarla a aceptarme nuevamente. También podría dejar que la corriente me arrastre sin un destino fijo. Pero la vida, por ser mujer, no se debe forzar, hay que conquistarla. He pasado un largo periodo de felicidad que, al parecer, ha caducado. Lo quiera o no, sólo queda seguir adelante, planear nuevas cosas y esperar que éstas sucedan. Por el momento mi vida se alejará de ella y se acercará a la filosofía, a la literatura y a la poesía.
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