Hay aquí frases que dan una idea de la confusión, del delirio, de las crueles angustias, de las luchas internas y del desprecio supremo que siento por la vida.


15 marzo 2010

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En ese momento mi corazón se decidió inexorablemente a no ceder nunca más, a no ir a donde van los demás, a no confundirme con la gente. Cualquier estilo de vida, las condiciones más desfavorables, la enfermedad, la pobreza, cualquier cosa sería preferible a aquel mediocre destino, a aquel indigno desinterés en el que había caído primero por ingenuidad, por exceso de juventud, pero al que había permanecido unido después por pereza, por imbecilidad, por eso que llaman vocación profesional. Entonces, en el momento preciso, vino en mi ayuda un mal que, en el fondo, no es otra cosa que la sensación de saberme predestinado a morir joven.

Sea.

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